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jueves, 6 de julio de 2017

La Diablo On Fire - Barcelona ciudad



BARCELONA CIUDAD



PINCHA Y ESCUCHA

“Ésta es mi historia, la de mi adolescencia personal e intransferible, hecha crónica urbana, con leyendas infundadas, patrañas juveniles, titulares de los periódicos. Una historia dentro de la historia de la Transición política, pero no es una crónica política. Barcelona es su telón de fondo: una Barcelona que ya no existe, mi Barcelona, de la que ya no quedan más que cenizas…”

José María Sanz “Loquillo” nació en Barcelona, en el barrio del Clot, el 21 de diciembre de 1.960. Cuando tenía 14 años abandonó las escuela del barrio para irse a jugar al baloncesto, al colegio Alpe, es un colegio que goza de buena reputación por la cantera de jugadores que promociona, tiene aire de estilo americano, ambiente de permisividad, chicas de uniforme, chicos fumando en clase, las asambleas entre alumnos y profesores son frecuentes, la lucha social contra la dictadura se deja notar en todo. Cerca del colegio hay una zona de billares, es la zona perfecta de la nueva Barcelona más progresista, que empieza a ser referente para cientos de jóvenes que buscan aires de libertad.

Las manifestaciones siguen siendo frecuentes, para el Loco son la excusa perfecta para salir de clase y perderse por las tiendas nuevas de las estaciones de metro que venden todo tipo de artículos, y sobre todo vinilos que apilan en cubetas a precios de saldo. Lo que nadie quiere se lo lleva él, juega a adivinar a que estilo de música pertenece por las portadas, y si tiene dudas entre uno y otro, se lleva los dos. Encuentra el disco de Buddy Holly, le pide a su madre que le borde su nombre en una camisa vieja de su padre, se fabrica un lazo al estilo cowboy con una chapa de Pepsi cola y unos cordones de zapatos. Su padre le consigue unos jeans americanos de contrabando en el puerto, se pasea de esa guisa por el barrio, ante la atenta mirada de sus vecinos.

En los cines de arte y ensayo o salas especiales, que así se llamaban las salas que proyectaban películas en versión original o de calado intelectual, proyectan doble sesión de "Rebelde sin causa", "American graffiti", "El dorado", todo eran señales que le llevaban a pensar que había algo que le estaba esperando. Escucha a Dylan, lee a Dylan, descubre que no son el mismo cuando escucha una canción de Paul Simon, que hace un juego de palabras, hablando de los que les confunden. Se va alejando del barrio, la estética del rock ´n´ roll se impone.

Conoce a Jaime Fábregas, al que todo el mundo llama BI, en los billares al lado del colegio Alpe, el despacha su vida social allí, comparten la última fila de la clase, hasta que un día amenazan a Jaime con expulsarle, él dice: no me pueden expulsar, no estoy matriculado, ¿Qué no está matriculado?, no señor, yo voy a la academia Fivaller, pero vengo aquí porqué me queda más cerca de los billares, sino se lo cree pregúntele a este….el Loco se queda helado, no tenía ni idea y alucina con su descaro.

Mientras se suceden los cambios políticos, se viven manifestaciones, y las salidas del colegio son frecuentes, no hay otro refugio que los billares y la música que se va descubriendo. El Loco conoce a unos amigos que trabajan como seguratas en un pub cercano, allí se convierte en DJ ocasional, y va colando todo el rock ´n´ roll clásico que puede. Entre los camareros se comenta el próximo concierto de los Rolling Stones, en la monumental, como dos de ellos van a ir a trabajar, hace lo imposible y se presta a cualquier trabajo con tal de ver a sus satánicas majestades. Lo consigue, en la monumental, le meten a los almacenes, allí pasa la tarde colocando todo el material que van requisando al público, en el exterior los grises esperan su momento, hasta que estalla una multitud sin entrada y desde el interior tienen que impedir la entrada al recinto. El humo de los gases lacrimógenos llega hasta el interior de la plaza, poco concierto puede ver desde la retaguardia, pero algo si pudo escuchar. Los Stones influenciaron a todas las bandas de rock españolas que poco a poco se fueron abriendo paso después de la muerte de Franco. Después de conocer a los Who, para el Loco los Stones pasaron a mejor vida.

Después el punk irrumpe con fuerza, con los Sex Pistols a la cabeza, mientras en Inglaterra llaman a la reina fascista, en España saludamos a la monarquía como garantía de democracia en una muestra más de surrealismo. Los hippies se pasean por las Ramblas en plena efervescencia de la cultura freak, y los demás atónitos y descolocados, quemando las tardes en los pocos sitios a los que se les permite la entrada. El Loco con Fábregas, suele visitar el centro cultural de la plaza Cataluña, allí se juntan jóvenes de todo pelaje y condición. Suspiran por una chupa de cuero como la de Marlon Brando en Salvaje, hacen lo que pueden con cazadoras de motorista de cremallera central o de segunda mano raídas por el tiempo.

En el verano del 77, el 16 de agosto, cuenta el Loco: mamá me despierta en medio de la noche, con su diminuto aparato de radio, con el que pasa la noche conectada, esperando la noticia de un nuevo levantamiento militar, un locutor con la voz entrecortada retransmite desde Memphis la noticia de la muerte de Elvis, mi mundo se derrumba -- Elvis no puede morir!! Precisamente ahora que para mí es tan importante como dios. Los días posteriores a su muerte, vestido de negro, con mi chupa de cuero, a pesar del calor, lloro junto al resto de aspirantes a rocker su pérdida, deambulando por la playa de la Barceloneta --.

El entrenador del colegio Alpe, recluta al Loco para el equipo de primera división el Cotonificio de Badalona, aquí fue Epi el encargado de bautizarle como Loquillo, durante un partido, afirmando que no llegaba a pájaro loco, por el bordado de su chaqueta, y por la llegada a los partidos, fruto de largas noches, como alma en pena. Pasa un tiempo jugando, combinando su tiempo con noches largas, chicas y rock ´n´ roll.

Entre agosto y octubre del 77 el Loco envía varias cartas a la revista musical Disco Express, revista propiedad de Gay Mercader, que también es propietario de la empresa de contratación de conciertos que ha conseguido traer a los Stones, en ellas expresa su indignación de adolescente por el trato que recibe el rock ´n´ roll clásico y habla de cómo el movimiento rocker se extenderá de manera imparable. Visita la tienda de discos que también tiene Gay, y en la entrada hay un tablón de anuncios, lleno de todo tipo de ofertas, entre todo aquello cuela: “Busco rockers para montar una banda de rock ´n´ roll clásico. Hippies abstenerse”. Se dice: el éxito está asegurado!, en dos meses sólo le llamaron una vez. Un tal Carlos Segarra, quedan para verse, los dos son adolescentes que han aprendido la historia del rock, desde entonces se hacen inseparables.

Mientras tanto, en la redacción de Disco Express se preguntan quién es el tipo que se pasa el día dando la brasa con sus cartas y llamadas telefónicas. Al final le invitan a conocer la revista, según entra, sabe que a partir de entonces ese será su mundo. Llega a confundirles de tal forma que no aciertan a saber si es un iluminado o un reaccionario, el mismo ni siquiera lo sabe, pero lo que tiene claro es que en esta vida siempre hay que saltar al ruedo con audacia. Le citan una semana después, para que vaya con su supuesta banda de rockers para una sesión de fotos y una entrevista. Llama a Carlos y a varios colegas, se presentan de punta en blanco, la entrevista es un batiburrillo de contradicciones, porque todos tienen un cacao mental considerable, pero no les dan tiempo para analizarlo, ese es su error, la publicación salió en mayo del 78.

Después conoce a un redactor del Popular 1 en un concierto de Carlos Segarra, le invita a la revista y conoce a Martin y Bertha, sus fundadores. Después les hicieron un reportaje, el segundo, titulado “Los teddy boys de Barcelona”.

“No bailes rock and roll en el Corte Inglés”, moda rock and roll en el Corte Inglés, cazadoras de falso cuero que es plástico, lazos al estilo cowboy, gafas rock para los chicos y puro espíritu Sandra Dee para las chicas, todo muy de los cincuenta para adolescentes de finales de los setenta. Grease, el musical que rememoraba la vida high school de la época dorada del rock ´n´ roll, se anuncia convertido en película, como gran éxito mundial. Pero se olvidan de una cosa, de nosotros, que nos presentamos en la planta joven de El Corte Inglés, largamos un discurso al señor Pinto, responsable del lugar del sacrilegio, que no entiende nada, hasta que aparecen los seguratas, y como es inevitable, en la huida arramplamos con todo lo que hay a la vista.

Es el Festival Canet Rock, y por fin iba a ver a Blondie en primera fila, Jaime no puede acudir porque se ha alistado voluntario en la Armada en busca de emociones fuertes, le acompaña su colega Dani, y de paso aprovechan para vender chocolate de serie B y ácidos de serie C a los hippies de la clase A.

Un buen día, recordando que su padre había servido en el cuerpo de carabineros de la Guardia Civil, el Loco se dijo “joder, si yo soy hijo del cuerpo”, así que entró en el distribuidor oficial de uniformes y vestuario de la Guardia Civil, se presentó alegando ser hijo del cuerpo y que su padre tiene la cazadora de motorista que se cae de vieja, y que tras los servicios prestados y ya retirado le quiere dar una sorpresa, así que buscan en el almacén y le sacan un gabán largo, el insiste en el modelo corto, la búsqueda lleva lo suyo y al final encuentran una cazadora en perfecto estado. Se dice así mismo, los días de teddy boy han acabado, se compra un montón de tachuelas en un guarnicionero, cose el bordado del pájaro loco a la espalda, se sube los cuellos de la chupa, y por fin se ve como realmente quiere ser.

Son los días del referéndum a la Constitución, a la que no puede votar por no cumplir la edad reglamentaria, y que tampoco le importa porqué la política dejó de interesarle, se da cuenta de que sea cual sea el resultado se tiene que buscar la vida. Está hecho un lío, sin expectativas ni futuro, como jugador de baloncesto, su paso por el C.D. Mataró ha sido efímero, llegar con los ojos pintados y atiborrado de anfetaminas a un partido no es la mejor manera de hacer historia. Pero fue muy divertido cuando el árbitro llamó la atención al entrenador y le miraron los brazos en busca de pinchazos. Hay supo que su continuidad como jugador estaba acabada.

El director de Disco Express les invita a todas las fiestas y decide hacer un reportaje sobre los rockers y teddy boys de Barcelona, y junto a Carlos Segarra y su banda “Chocopolvo” preparan una actuación para el festival Nadal A Tot Tren, presentado la canción “No bailes r´n´r en el Corte Inglés”, y la quema de posters de John Travolta. Helena, una chica que ha conocido recientemente, lleva a todas las chicas de su clase con un brazalete con el nombre de la banda. La banda pasa a llamarse “Teddy, Loquillo y sus amigos”, que sólo dio una actuación más.

Mientras tanto, Bertha de Popular 1, invita al Loco a su programa de radio como DJ, y consigue quedarse una hora a la semana, “La hora del Pájaro Loco”, se patea todas las discográficas de la Ciudad Condal, en busca de vinilos no publicados en España y de paso convencer a los directores artísticos de la necesidad de su publicación. Poco caso hacen las discográficas y pocos vinilos puede conseguir.

Carlos Segarra, que sigue con su banda, empieza a trabajar en local de su madre, un hot dog del barrio de Les Corts, que bautiza como Rebel, lo decora con fotografías de James Dean y Marlon Brando, el Loco empieza a trabajar de camarero por horas, se convierte en la sensación del barrio, se corre la voz y empiezan a llegar un nutrido grupo de rockers y teddy boys. Olaf Plá, vive muy cerca del Rebel, Belita su madre, le acompaña, es una encantadora mujer, elegante y con cierto aire a belle époque, se convierte en su segunda madre y en fotógrafa oficial. Al final el local se convierte en un ir y venir de gente, en un despacho de chocolate, hasta que la madre de Carlos se da cuenta y les acaban echando del local.

En la revista Popular 1, conscientes de que el rockabilly es un movimiento urbano en expansión, deciden proponerle al Loco que escriba una serie de artículos sobre las bandas que se están escuchando. Así que el Loco se pasa los días recluido en las oficinas de Charly Records recopilando información sobre su catálogo, su distribuidora es Auvi Records, que no tienen ni idea del tema, así que también le encargan que les recopile información. Traen a los Crazy Cavan, por primera vez a España y le mandan junto a Carlos Segarra y el representante de la discográfica a recibirles al aeropuerto de Madrid y a acompañarles a los estudios de Prado del Rey, para una entrevista y luego al concierto. Los Cavan comparten cartel con Sleepy la Beef, una de las grandes leyendas del rockabilly norteamericano. El concierto, en el Teatro Martín, se ve retrasado porque el equipo de sonido no llega, ni se le espera y los ánimos empiezan a caldearse, hasta que al final Pepe Risi, de Burning ofrece el suyo, salvó el concierto, a la promotora y a la discográfica. Conoce a Pepe, que le habla como si le conociera de toda la vida, ya era seguidor de los Burning, ya había aprendido un par de lecciones la primera vez que los vió. Mientras preparan todo, Carlos Segarra cogió una guitarra acústica y se marcó un repertorio de rock ´n´ roll que dejó a todo el mundo estupefacto. Todo Madrid ya sabe quién es Carlos Segarra.

Sleppy la Beef va a Barcelona de para dar unos conciertos, así que todos se van a recibirle, les recuerda a todos de los conciertos de Madrid, sorprendido por el recibimiento, le pregunta su nombre al Loco y exclama ¡Hey Loquillo good boy!, el Loco le invita a visitar a Robert Gordon a su camerino antes del próximo concierto. El concierto es un éxito y Sleppy la Beef se llevó un gran recuerdo.

En el lugar y en el momento adecuado, es la cuadratura del círculo. La historia pasa delante de ti y tienes que darte cuenta, coger el tren o perderlo para siempre. En el Londres del 79 estaban las respuestas a sus preguntas. Desde Popular 1, envían al Loco a Londres para hacer un reportaje sobre el boom del nuevo rockabilly. En Londres los teddy boys no son precisamente unos adolescentes, recriminan la actitud de los jóvenes, y a la mínima llegan a las manos cuando creen que les roban protagonismo. La guerra entre teddy boys y punks vive su momento álgido, los punks se están abriendo paso. Adaptados a la nueva situación anfetamínica, al Loco la cabeza le echa humo, Eddie Cochran y los Clash son perfectamente compatibles!. El estilo punk-rocker se impone definitivamente, al igual que el consumo de dexedrinas y minilips, el Loco abandona la levita al fondo del armario.

La revista Popular 1 despide al Loco acusándole de colaborar en los actos vandálicos contra Miguel Ríos, ya que muchos rockers se vieron implicados, algunos muy conocidos y los dueños de la revista patrocinaban el concierto. Sin curro y con la citación para presentarse a la junta de distrito para el servicio militar, pocas opciones de proyectos quedaban, sólo los últimos coletazos hasta la fecha entrada y dos años para servir a la patria.

Sleppy la Beef vuelve a España para participar en el programa Aplauso y buscan músicos para realizar un playback junto a él. Así que se va con Carlos, Olaf y Yuro a la capital, dispuestos a darse todo el protagonismo posible en la actuación y de paso dejarse caer por el ambiente nocturno madrileño. Descubren que Barcelona se está quedando atrás, en Madrid hay una nueva ola de músicos influenciados por el punk y la new wave que toma relevo al rock progresivo y mesetario.

El staff de la RCA había visto la actuación con Sleppy la Beef y pretenden que hagan lo mismo con Robert Gordon, así que esta vez Moisés ocupa la batería, Carlos con una guitarra y Olaf se encarga de la otra, y el Loco al bajo. Esta vez la repercusión es total, les felicitan de varios sitios. Carlos presenta ya su banda consolidada como Los Rebeldes, convertidos en trío ya es la primera banda barcelonesa de la nueva escena. Semanas después firmaran su primer contrato discográfico.

En una de esas interminables tardes de no hacer nada en las ramblas, se acerca un tipo que dice dedicarse a dibujar cómics, enseña al Loco unas cuartillas con rockers y teddy boys de estilo futurista, cuenta que está haciendo la mili de voluntario, que termina en poco tiempo, lo de los dibujos es una excusa, quiere tomar contacto, su nombre tiene swing, se llama Sabino Méndez.

En Agosto de 1.980 empiezan a desfilar por Barcelona las bandas de la nueva ola madrileña, "London Calling" de los Clash se ha convertido en muy poco tiempo en la biblia de una generación, que como el Loco, no encaja en nada. Son la tabla de salvación, unos tipos que vienen del punk, agarran el rock, el reggae, el rockabilly y lo mezclan todo con chulería rocker y compromiso político. Se pregunta el Loco, ¿dónde encontrar unos tipos así para montar una banda?.

Un día por casualidad conoce a Teo, es bajista, se define como punkabilly, y está formando una
banda, le dice al Loco que el sería el cantante perfecto para su banda, tiene un alias, Capitán Centellas, le da una tarjeta con su teléfono. A los pocos días quedan y Teo le dice que tiene que conocer a su otro colega de la banda, quedan un día para ir a una fiesta rocker que se celebra en el Scorpia, de repente aparecen unos tíos en un Renault Caravelle y Teo les hace señas para que aparquen, - joder! No serán mods, lo que me faltaba! - se hacen las presentaciones de rigor, el mod del sombrero le da la mano, le dice al Loco - no te acuerdas de mí, ¿verdad? -, si no te quitas las gafasSabino Mendéz, nos conocimos en la universidad, te enseñé mis dibujos de rockers, ¿Sabes que vamos a una fiesta rocker?, sí, claro, por eso me he vestido así!! -. El otro futuro miembro de la banda es Juan Heidenreich, un joven motorista sin moto, su lema “buscar, matar, comer” hace que al final de la tarde se convierta en su alias: Caníbal.

El local de ensayo lo montan en la habitación del abuelo de Caníbal, empiezan ensayando versiones de clásicos y después piensan en la posibilidad de versionar al castellano. Auvi records, crea un sello paralelo llamado Tritón, dedicado a los covers, para vender casetes de carretera, se habían enterado de la nueva banda que estaba montando Loquillo y les interesaba que grabasen con ellos. El Loco va inmediatamente a la discográfica y se tira el rollo para convencerles hasta de grabar temas propios y de que participen algunas bandas de la escena barcelonesa, lo cierto es que no tiene nada y lo peor es que la mili le espera a la vuelta de la esquina, pero o se mete a la directa o se va sin nada. El 28 de noviembre acude el sorteo, 18 meses en Cartagena, marina.

Contacta con Carlos Segarra y su banda Rebeldes para que grabe con ellos y con los C-pillos, llama al resto de la banda, que ni siquiera tiene nombre. Van preparando repertorio, “Esto no es Hawai” y “los tiempos están cambiando” las preparan con Rebeldes, pero el resto no acaba de arrancar.

Un día al salir de los ensayos, estaban preparando el clásico de Johnny Kidd en castellano, “Nena, no me toques que me vas a gastar”, Aurelio Morata no paraba de repetirlo, se van de marcha, y de repente le sigue dando la brasa con el estribillo y cómo no paraba de golpearle se rebotó, y Aurelio le dijo: te voy a llamar “el intocable”, “Loquillo el intocable”, ¿Cómo has dicho “intocable”?, es la hostia ya tenemos nombre!!. Al día siguiente se presenta en el ensayo con la idea a la banda, Teo mira extrañado, pero Sabino da con el nexo que falta: Los Intocables, fue una serie de éxito en los años sesenta protagonizada por Robert Stark, que narra las peripecias de Elliot Ness y su banda en la lucha contra el crimen organizado. Caníbal asiente con la cabeza, no se hable más ya somos los Intocables!.

El 8 de diciembre muere en Nueva York John Lennon a manos de un fan en la puerta de su casa. Sabino llega al ensayo con la mirada fija y, convencido, desenfunda su guitarra Ibanez y empieza a tocar una melodía evocadora…Rock and Roll Star…es el título de una canción que dice estar escrita para el Loco.

Los primeros en grabar en el estudio son Los Rebeldes, las horas están más que contadas y las bandas disponen de un tiempo concreto, el Loco está entre acojonado y sorprendido, viendo la mesa de grabación no sale de su asombro. Los Rebeldes, que ya tienen experiencia en esto, graban todas sus canciones dentro de los tiempos, después siguen Los Intocables, primero instrumentos, empiezan los problemas con el sonido, dicen que las guitarras no están afinadas, pero Carlos, que ya es un profesional les echa una mano.

Cuando al Loco le toca poner la voz, la horas ya estaban casi fundidas, se coloca delante del micrófono, con los cascos, no los soporta, no da pie con bola, el descojono es general, después llega la preocupación, le marcan el tempo, el sigue sin entender nada, al final entre Jaime y Carlos, después de llamarle a capítulo, tienen la idea de colocar un biombo delante para que nadie le vea, y por fin consigue cantar, que remedio. “Los tiempos están cambiando” será el título del disco y antes de su salida, en marzo darán su primer concierto ante un nutrido grupo de amigos y de despistados.

En su primer concierto en la Sala Magic, el público es una mezcla de rockers y punks, el escenario da para poco, prácticamente no pueden moverse, pero sueltan su repertorio a tal velocidad que a nadie le da tiempo a aburrirse, se forma un tumulto en el medio, que inmediatamente es sofocado por Dani Rojo. Después del concierto, sudorosos y cansados, posaron ante la cámara de Manel Esclusa con el convencimiento de haber conseguido el objetivo de mostrar la otra cara del rock ´n´ roll barcelonés, la que tiene que ver con la actitud de ser uno mismo frente a la uniformidad reinante.

Es 23 de febrero de 1.981, otro día perdido, deambulando por los locales de la calle Aldana, sin prisa por volver a casa, cómo Jaime Bi, vive cerca le acompaña, pero para en un bar a comprar tabaco, de repente se asoma y grita - ¡Jose, entra, rápido!, un tipo con pinta de haber bebido más de la cuenta les increpa…y vosotros lo tenéis claro, con esas pintas, os vais a enterar…¿qué tenemos que tener claro?, - el camarero se vuelve hacia ellos: la Guardia Civil ha tomado el Congreso de los Diputados, esta tarde han secuestrado al Gobierno, es un golpe de Estado, de que planeta aterrizáis chavales!!!.

Se le revuelve el estómago, mira fijamente el televisor pero no ve nada…….en nada estará cumpliendo el servicio militar….

Mientras vestía de Popeye en la corbeta “Cazadora”, con puertos en Cartagena, Ferrol y San Fernando, y aprovechando los permisos, entró Xavier Juliá como guitarrista, pero aún les dio tiempo para dar unos cuantos conciertos (alguno bastante accidentado, como el de Amposta o el de Rockola de Madrid, lo que no hacía sino incrementar su leyenda) y hasta a grabar un sencillo, “Autopista” el único que grabaron como Loquillo y los Intocables, que incluía una gran canción de Sabino Méndez “Autopista”, junto a un par de temas menores, como “Rocker” y “Oh, qué casualidad”.

Pero, poco a poco, las ausencias de Loquillo cada vez son más largas y Los Intocables se van desbandando, la nueva banda serán Los Trogloditas hasta el año 2.007, luego será Loquillo, pero esa es otra historia que nos ocupa una carrera de más de treinta años, y que espero que nos la cuentes en un libro, Loco Forever!!!!

Miriam Fdez.

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